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Luz Amuchastegui . Espacio de oportunidades

Renunció a un exitoso trabajo en General Motors para dedicarse full time a promover el deporte como escuela de valores para las mujeres. Desde 2010 trabaja en la Fundación El Desafío de Rosario y organiza los programas que se desarrollan para los chicos. “Basta de quejarse y hagamos algo” sostiene y lo hace. Fue elegida en Estados Unidos como una de las 17 mujeres líderes emergentes en el mundo.

Luz es rosarina, estudió administración de empresas y jugó siempre al hockey. Fue justamente allí, en la cancha de Old Resian, donde conoció a Mario Raimondi entrenador de su equipo y creador de la organización El Desafío que trabaja por la inclusión social de los chicos y la participación ciudadana en zona sur de Rosario. “Mario me invitaba a colaborar con El Desafío pero yo le decía que no, porque no lo quería hacer a medias y además, no tenía tiempo. En ese momento estaba en otra”, confiesa Luz, franca y directa.

“Estaba trabajando en General Motors, donde quedé efectiva con un prometedor futuro y fui a ayudar a un evento de El Desafío y después me sumé al equipo para trabajar en la estructura de la organización”

La verdad es que Luz tenía ejemplos. Su mamá fue durante muchos años la presidenta de la Liga de Lucha contra el Cancer (Lalcec) y creció en un ambiente donde era “normal” realizar trabajos para ayudar a otros. Cuando empezó a colaborar en la fundación encontró el mix que le fascinó: la posibilidad de trabajar en organización de recursos humanos y planificación de proyectos (que era lo que hacía en la empresa) conjugado con lo solidario.

El empujón definitivo se lo dio concurrir a un congreso de la Fundación Laureus donde participaban muchas organizaciones que utilizan el deporte como medio para generar cambios en distintos países. Por ejemplo en Alemania se alienta la práctica del boxeo para disminuir los niveles de violencia y en Sudáfrica el surf para enfrentar el sida.

“Al ver tantas experiencias en el mundo me deslumbró pensar todo lo que podríamos implementar en Rosario”, recuerda y desde entonces se comprometió ciento por ciento en El Desafío. Renunció a la empresa donde trabajaba y en 2010 comenzó a trabajar ocho horas en la fundación donde es la directora de programas y coordina el grupo de profesores, participa en los talleres y piensa los objetivos de cada actividad y cómo se van a ejecutar.

Por la decisión no fue fácil. “En mi casa nadie entendía nada. Pero fue fundamental el apoyo de quien hoy es mi marido. Cuando tomé esta decisión estaba de novia y gracias a eso me tiré a la pileta porque sabía que contaba con un pilar incondicional”, manifiesta. El año pasado fue elegida por el departamento de Estado de Estados Unidos como una de las 17 líderes emergentes del mundo. Todo comenzó porque participó de un programa que organiza el gobierno norteamericano junto con ESPN Women (sección dedicada a la mujer) y el departamento por la paz, la sociedad y el deporte de la universidad de Tennessee. Seleccionan 17 mujeres de distintas partes del mundo que estén relacionadas con el deporte, para pasar un mes en Estados Unidos con una tutora.

El programa surgió a través de la Embajada de Estados Unidos. Luz se postuló junto con otras 35 mujeres argentinas, pero la elegida fue ella, y en agosto del año pasado se trasladó a Washington y luego a Los Ángeles. En esos días compartió experiencias con mujeres de lugares del mundo de los más exóticos. Cuenta que tuvo que compartir una habitación con otra chica egipcia y que si bien al que principio no le gustó la idea, hoy son grandes amigas.

En Los Ángeles trabajó durante ese mes en la agencia de publicidad internacional Saatchi & Saatchi donde la esperaban con una oficina con su nombre. Allí trabajó en un proyecto de la fundación El Desafío. “Conocí mucha gente y pude hacer contactos”, rememora. Pero no se quedó sólo en la oficina. La llamaron desde Washington para que disertara sobre los beneficios de la práctica del deporte en el Instituto de la Paz del gobierno de Estados Unidos y se lució.

El deporte en Rosario. Luz opina que si bien existe un importante acceso al deporte todavía falta saber qué hacer con ello. “Los chicos juegan para convertirse en el próximo Messi, pero uno solo llega a ese nivel de éxito, y mientras tanto el deporte es una gran escuela que te ayuda a superarte, a ser mejor persona, a salir adelante, a crecer y ni hablar de los beneficios de la salud”, considera. Señala que “las chicas practican menos deportes que los varones y está comprobado que las mujeres que no hacen deporte tienen menos chances de terminar la escuela y más posibilidades de quedar embarazadas jóvenes. En cambio, las que practican se superan, consiguen trabajo. En Estados Unidos demostraron que el 98% de las mujeres que ocupan cargos directivos, hicieron deporte en su vida”, explica Luz. Está convencida de que en el deporte no se trata de competir sino de adquirir herramientas para la vida y así lo implementan en los programas de deporte que ofrece El Desafío.

“En la fundación tenemos un programa de hockey para niñas y la inscripción tiene un cupo con lugares para que valoren ser parte de un equipo: que no es lo mismo que estés o que no estés. Trabajamos desde la disciplina deportiva y luego comparamos las situaciones de un partido con lo que sucede en la vida cotidiana”.

“Ya trabajé en una empresa, gané plata y no me llenó. Esto me hace feliz y no tiene límites”, subraya a modo de conclusión. “Me di cuenta de que no podemos seguir viviendo como estamos. Creo que merecemos mucho más y esto tiene que cambiar. Esta situación la generamos entre todos, y por eso cambiémosla entre todos”, Five alienta con la convicción de quien hizo lo propio.

“Los chicos juegan para convertirse en el próximo Messi, pero uno solo llega a ese nivel de éxito, y mientras tanto el deporte es una gran escuela que te ayuda a superarte, a ser mejor persona, a salir adelante, a crecer y ni hablar de los beneficios de la salud”
− Luz Amuchastegui

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