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Mariana Quesada: ¡Podés lograr lo que quieras!

Pocas veces uno tiene la oportunidad de conocer personas que han descubierto su objetivo en la vida y que a diario ejercitan ese poder, compartiendo con otros la capacidad de administrar los recursos que se tienen, con los que se nacen y con los que se forman como profesionales.  En esta ocasión, con la excusa de descubrir a una heroína escondida en la urbe porteña, dentro de una moderna mole de oficinas de alquiler temporario, conocí a Mariana Quesada, una especie de súper chica de la nueva era con un súper poder ampliamente buscando en la actualidad: saber construirse como marca y venderse como tal, en definitiva, enseñarles a las personas que no hay límites para lograr lo que se propongan.

Desde hace poco más de un año capacita de forma gratuita por medio de charlas a un gran número de personas de distintas edades, profesiones y procedencias que llevan tiempo buscando un lugar en el mundo laboral, o que están trabajando pero no logran dar con el objetivo que realmente buscan.  Además ofrece tres talleres pagos que invitan a conocer en profundidad el alcance que tienen las redes sociales, sobre todo LinkedIn, para crear un perfil, formar una marca personal y conocer las bases del marketing de atracción, y otro exclusivamente dedicado para “vendedores sin límites”, sí, textualmente así.

Ustedes se preguntarán, como lo hice yo,  en dónde se estudia para ser “Capacitadora y Aportadora de Valor” dos de sus virtudes que rotulan su perfil de LinkedIn, la red social laboral más usada en estos tiempos. Pues, ya verán que esta característica que, en definitiva es la llave que abre las puertas para lograr cual objetivo se proponga, está en la mera capacidad de estudiar constantemente y de preguntarse “¿Qué es lo que quiero? ¿Qué puedo hacer para lograrlo?” y acto seguido “Hacerlo”.

Nos hicimos de un cómodo lugar en uno de los pisos de la Torre Bellini donde funcionan las oficinas WeWork, ella es miembro y por tanto no sólo tiene la tarjeta para entrar y usar las instalaciones, sino que también me invitó a ese recinto como si fuera el living de su casa, lugar por donde quien pasaba no dejaba de saludarla.

HEROES: ¿Cómo empezó tu carrera como aportadora de valor?

MARIANA: Esto viene de tiempo atrás. En verdad soy veterinaria, esa es mi primera carrera de vocación. De chica me gustaban los animales pero con el tiempo dejé de verlo como un negocio y como un medio de vida. Estudiaba nueve horas semanales, cuatro materias por cuatrimestre y viajaba mucho para estudiar. La carrera me exigía mucho y yo empezaba a no rendir de la misma forma.

En tercer año empecé a tener problemas de memoria por la exigencia y tuve que aflojar el ritmo. Si bien enseñaba inglés desde que tenía 15 años, al dejar los estudios no quería quedarme sin hacer nada. Di clases en escuelas y clases particulares, hasta que conseguí trabajo en una librería que actualmente es una cadena importante y reconocida. En aquel momento no lo era tanto, allí experimenté su apogeo y me sentí dueña del local durante los cinco años que trabajé con ellos. Luego quise ir a perfeccionar mi segundo idioma a Inglaterra pero no lo logré porque el corralito del 2001 me tomó gran parte de mis ahorros.

Me había quedado en mi mano un libro sobre Edición de libros y eso me empujó a dejar mi casa materna e instalarme en Capital Federal en búsqueda de un nuevo proyecto: estudiar la carrera de Edición en la UBA.  Mientras tanto trabajé en un call center para poder estudiar, trabajaba día y noche, en horarios crudos y todo para poder subsistir y armar mi departamento. Cuando termina ese período abro una editorial de libros de firmas que hoy tiene un muy buen posicionamiento y que fue durante un tiempo el trabajo que me dio de comer. Pero con el tiempo tuve que ir buscando qué era lo realmente rentable para mí. Cada lugar por donde pasé me dejó una enseñanza.

Fue en ese momento donde ella respondió mi pregunta inicial: “¿Dónde se estudia para…” Claramente, no es en un solo lugar. Quien encara la misión de enseñarles un sinfín de oportunidades a otros que viven en una burbuja, debe contener experiencias de distintos territorios para saber de qué habla. Así se la escucha a Mariana, quien con 42 años aparenta tener 22 y aduce que esa imagen es el resultado de que tiene y vende el secreto de la juventud. ¿Esto es posible? –me vuelvo a preguntar- y ella retiene mis dudas contándome una de las anécdotas que quizás es al que la que le da una de las llaves más importantes como para formarse como capacitadora.

 

MARIANA: Nunca quise trabajar en relación de dependencia. No lo recomiendo y no es lo difundo en mis charlas. Pero alguna vez lo tuve que hacer, como a muchos nos ha pasado, trabajé en lugares donde ese tipo de relación no me dañó como en la librería, y en otros donde no fui feliz como en el call center. Hace dos años atrás empecé a trabajar en una empresa internacional multinivel en donde hice trabajo de liderazgo capacitando grupos de 200 personas. Entré ahí tentada por la plata que podía ganar pero pronto me di cuenta que tenía que dejar la vida y para hacer eso te tiene que gustar.

A mí no me gustaba tanto como para eso. Me puse un límite de un año y medio y hasta ahí llegué. Aprendí a ponerme metas, me enseñaron que podés llegar a donde vos quieras, yo ya lo sabía pero no lo hacía bien. Había leído hace un tiempo atrás el libro “Piense y hágase rico” de Napoleón Hill, pero después me vuelvo a encontrar con esta lectura cuando veo el documental y entonces empiezo a cerrar el concepto que necesitaba. Entendí cómo funcionaba la ley de atracción y empecé a aplicarla.

Armé mi mapa de sueños, un telgopor en la pared forrado con papel madera (ya tengo dos de ellos) con fotos de los objetivos que me voy poniendo que van desde una estufa para el baño, al auto, viajes o la computadora. Cuando se cumplen las quito y las meto en una caja, incluso meto en la caja aquellas fotos de cosas que ya no quiero entre mis objetivos, pero eso implica que de alguna manera los cumplí.

Te cuento una anécdota: Hace unos años atrás tuve un accidente en auto que me tuvo sin caminar un tiempo, mi pie quedó destrozado y el médico me dijo que no sabía si volvería a tener el pie como antes y posiblemente me quede tieso. Yo me dije que no, eso no me iba a pasar a mí. Aquí me ves (Levanta su pie y me muestra una cicatriz que sólo le recuerda lo que podría haber sido una pesadilla, pero que no es más que el tatuaje inevitable de ese incidente que no pudo quitarle el don de superar cualquier adversidad).

A esta altura no es necesario confirmar que Mariana es un ser autodidacta que se propone aprender algo y lo consigue. Asegura que Internet es su gran aliado en sus constantes desafíos y que no sería nada sin conexión, sin su teléfono y su computadora. Todos sus emprendimientos no han tenido un local físico sino que han convivido en la nube de bytes y haciendo espacio en su mente donde, seguramente, cientos y miles de planes no lograron despertarla en tiempo y forma como para que los concrete.

Soñadora y de armas tomar, asegura que sabe cómo emprender y conseguir lo que busca. Reconoce la diferencia entre quienes tienen el don de emprender, de aquellos que no lo tienen: “Quien no es emprendedor pone excusas para no lograr sus objetivos: mi esposa no me deja, no tengo tiempo, no tengo plata. Pero para quien emprende no hay límites. ¿El dinero es un límite? No. Hay miles de personas allí llenos de dinero buscando en qué invertir, sólo hay que encontrarlos y tentarlos”, dice con seguridad.

HEROES: ¿Creés que las personas viven en una burbuja y tu misión es explotarla?

MARIANA: Todos tenemos nuestra burbuja. Yo vivo conectada, quizás esa sea la mía. Pero mi misión no es explotarles la burbuja, sino darles un hachazo en la cabeza, abrirla y decirles con firmeza que pueden lograr lo que quieran, que es lo que yo entendí.

Ella me cuenta que ha vivido todo tipo de experiencias hasta dar con sus objetivos. En el peor de los momentos vendió su pelo para comprar comida y hasta se alimentó a té con avena mientras dedicaba su mente a sus proyectos.  De la escasez total pasó a tener 200 personas en una capacitación atentos a sus conocimientos y es allí donde conoció su potencial para aportarle valor a las personas.

HEROES: ¿Cómo comenzaron tus charlas y por qué cada vez más personas te siguen?

MARIANA: Me propusieron dar charlas sobre marketing de atracción que es lo que yo hacía con un producto determinado. Desde que comencé hasta ahora las charlas y talleres han crecido significativamente. Pasé de 12 inscriptos a 175 personas en el último taller de septiembre. Cada vez que publico una charla se completan los cupos en cuestión de días. Muchas de estas personas necesitan orientación. Yo  no aliento a la gente a que trabaje en empresas. Yo los aliento a salir de las empresas, a largarse solos, freelancer o trabajar para empresas pero por su cuenta. Yo les pregunto: ¿Cuánto querés ganar por mes? ¿Un millón? Vamos a hacer un plan para que ganes esa plata en un mes.

HEROES: ¿Todo lo que hiciste en tu vida te aportó algo para tus charlas?

MARIANA- Sí. A los 40 años me di cuenta cuál era mi objetivo de vida. Partirle de un hachazo la cabeza a la gente y que vean lo que yo vi, que pueden hacer lo que quieran. Que la realidad no es lo que muestra la tele, el gobierno, o lo que otros ven, vos podés vivir en una burbuja, pero aun así podés lograr lo que vos quieras. Quiero ayudar a la gente que se hagan referentes de sus rubros y una vez que entiendan eso enseñen a otros. Yo funciono por atracción. Tenés dos formas de hacer marketing: con estrategias push o pull, el primer es como salir con el megáfono y pull es hacer que la gente llegue a vos. La gente, las cosas y las oportunidades llegan a mí.

HEROES: ¿Es necesario que la sociedad abra su cabeza?

MARIANA: Cada vez más gente está en este proceso porque es un cambio de conciencia a nivel global y espiritual. Cada vez más personas hacen un esfuerzo y por eso se está logrando un cambio significativo. Entiendo que no es fácil, todos tenemos un mal día que puede oscurecer los objetivos. A mí me pasa. Todo el tiempo tengo que estar rescatándome a mí misma. Tengo días malos que no tengo ganas de salir, de maquillarme, pero de inmediato salgo de ahí y vuelvo al camino. ¿Este puede ser un problema? –se pregunta a sí misma y afirma- No paro nunca, siempre estoy pensando algo y haciendo algo, de eso se trata emprender.

La palabra ha sido por siglos, y lo sigue siendo, el método de comunicación y capacitación más importante. Alguien tiene un conocimiento que otros no y eso se transforma en una llave poderosa que abre puertas. Pero si ese alguien te dice que con lo que aprenderás simplemente lograrás todo lo que te propongas de ahora en adelante, dejarías pasar tremenda propuesta.

 

Mariana Quesada brinda charlas constantemente de forma gratuita. A cambio solo pide que lleves un alimento no perecedero y útiles escolares que distribuye en diferentes causas sociales.
https://www.linkedin.com/in/marianaceciliaquesada/