Skip to content

Luciano Nicora: Emprender es construir oportunidades

Por: Roxana Miguel

En lo que va de este tiempo de entrevistar emprendedores conocí, no sólo grandes proyectistas y a sus proyectos, sino también historias de vida, de coraje, algunas más emocionantes que otras, pero todas vinculadas de alguna manera con el hecho de dejar huella en la sociedad con la propuesta que llevaban en sus hombros.

Sin embargo, hasta el momento en que conocí a Luciano Nicora, vice presidente de Endeavor Argentina, no había reparado en un lado quizás más frío de emprender, aquel que le quita todo el velo romántico del “haciendo” y que se inyecta de lleno en el “hacer”.

Es que ciertamente, muchos conocemos las encantadoras historias de emprendimientos que nacen en un garaje o en un papel y que hoy son unicornios del mercado. Me faltaba la pieza conceptual que me indique cómo es que se logra ser un emprendedor de alto impacto que, permítanme decirlo sin rodeos, no es nada fácil ahora, ni tampoco lo fue hace 20 años atrás.

Los cuatro unicornios argentinos que se conocen han pasado por diferentes adversidades hasta encontrarse como tales en un hoy en donde, más allá de celebrar los éxitos, transforman los desafíos en nuevas oportunidades. ¿Acaso eso es un emprendedor? Luciano me insiste en que el que se hace llamar así tiene la capacidad de observar oportunidades.

Los fracasos, los modelos de negocio, la forma de reinventar y capacitarse para entender cuál es el camino ha seguir van quitándole, poco a poco, el lado embellecedor a la historia del emprendedor que todos conocen. Es que puestos a emprender, la propuesta es ser empresario y para ello hay que encontrar la oportunidad de crear un negocio con una necesidad. Ese juego estratégico no es un acto pasional, aunque sí tenga pizcas de encanto y de enamoramiento, emprender a lo grande no es una ideal casual.

Te propongo conocer a Luciano y con él descubrir de qué se trata esto de construir oportunidades, y ver el negocio donde otros no lo han visto antes.

 

HÉROES- ¿Cómo empezó tu trayectoria como emprendedor? ¿Cómo era el ecosistema emprendedor entonces?

LUCIANO- Cuando me tocó emprender a mí, en el ‘94, la Argentina no se caracterizaba por tener un espíritu empresario muy referencial a nivel mundial. La historia argentina te hace ver un sistema más rentista de producir, concretamente hace 20 años atrás no se hablaba del concepto emprendedor. En aquel momento, nuestros abuelos y mis padres, querían tener hijos médicos y no empresarios. La agenda de los mandatos familiares de hace 20 años atrás tenía que ver con que estudiaras en la universidad porque si estudiabas te salvabas, por lo que la actividad empresarial sólo estaba bien vista para un sector de la sociedad, para los hijos de los empresarios. Ese no era ese mi caso porque mi padre era abogado y mi madre médica. Yo tenía una inquietud pero no tenía con quién presentarme, ni tenía qué estereotipo seguir. Pero como me gustaban las historias de aventuras podría decir que empecé a emprender orientado por las aventuras de Tom Sawyer o La isla de Gilligan.

Mientras que eso sucedía en Argentina, mucho antes, hace unos 30 o 40 años se empezaba a formalizar en Estados Unidos y Europa la idea de una persona que podía construir una compañía en 10 o 15 años. Esa cultura se empezó a desparramar por todo el mundo, y llegó al país hace unos 25 años. Algunos nos animamos a emprender, a hacer un negocio restándole importancia a que mi mamá pensara que tenía que buscarme un trabajo porque me iba a morir de hambre. Me decían: “Trabajá para otro”. Sin embargo, algunos de manera rebelde e inconsciente fuimos tocados, no nos conocíamos y de a poco fuimos emprendiendo y nos fuimos conociendo. Una ola emprendedora enorme, que se fue gestando en el mundo de manera inconsciente, simultánea y que no fue coordinada,  quebró una historia en donde el sistema productivo pasaba de familia en familia, y aparecieron personas que emprendieron y dijeron no quiero que los emprendedores pasen ese momento incómodo de que nadie los ayudara. Los emprendedores por mucho tiempo no tenían con quién hablar, no tenían tutores o mentores, hasta que apareció un mundo que se solidarizó para brindarle apoyo a los nuevos emprendedores, así se gestó el ecosistema emprendedor entre los actores.

Aunque cada día de mi carrera como abogado me decía que no quería ejercer en esa profesión, me recibí para darle el título a mi papá y ese día le dije que quería ser otra cosa. Observé que un gran grupo de empresas americanas llegaban al país, con ellas los créditos domésticos, y con estos un servicio para dar. Así empezó mi proyecto que el año que viene cumple 25 años. Eso sí, nos fuimos adaptando en cada transformación que requirió.

 

HÉROES- ¿Lo adjudicas a un gen o a un contexto?

LUCIANO- Debe haber un contexto social cultural político mundial en el que estaban en caída todos los procesos capitalistas tradicionales como los conocíamos. No sé cómo explicar el fenómeno pero sí pasó en Turquía, Israel, Estados Unidos, Brasil, Argentina, y en algunos países europeos con menor tenor. Posiblemente, América Latina despertó el gen emprendedor por necesidad, por las crisis. Te diría que Argentina es uno de los quince países de mejor calidad emprendedora en el mundo.

 

HÉROES- ¿Cómo visualizás el actual ecosistema de emprendedores de Latinoamérica?

LUCIANO-  En Latinoamérica hay muchos emprendedores pero no hay un ecosistema tan sólido y confiable como el de Silicon Valley o el que existe en Europa. Los mejores emprendedores del mundo están en Sillicon Valley pero no son americanos, son del mundo. No son de un país, son de ahí. Allí se consiguen las grandes aceleradoras del mundo, porque pareciera que ahí conspira todo para construir experiencias globales. Son globales.

 

HÉROES- ¿Cuándo nace una idea para un emprendimiento?

LUCIANO- En mi caso, había una oportunidad en la que me propuse lograr un objetivo. Lo más importante para un emprendedor es la capacidad de visionar. El emprendedor tiene que preguntarse constantemente hacia dónde va el mundo para lograr el encuentro con la oportunidad, y eso implica, de alguna manera, estar atentos a que esto ocurra y construir esa oportunidad. ¿Cómo aparece esa oportunidad? Con la visión, la observación y la transformación de hábitos sociales, y sobre eso se visualiza una necesidad y se genera una oportunidad de valor.

 

HÉROES- ¿Qué sucede con quienes se enamoran de sus ideas?

LUCIANO- El emprendedor tiene q estar enamorado, pero no ser obsecuente. Miralo así: emprender es como ser madre, solamente las madres sienten lo que es tener un hijo, así es como lo llega a asimilar el hombre cuando tiene un emprendimiento. Cuando nació mi hija y me la pusieron en mis brazos, la vi y la ame, la sentí mía, le vi los pies, las manitos pequeñas que en poco tiempo más serían más grandes. Lo mismo le pasa al emprendedor cuando ve su emprendimiento, lo empieza a amar e inmediatamente empieza a proyectarlo hacia un futuro cercano, con lo que con eso conlleva. Pero no es un amor cualquiera, un amor que se puede abandonar, porque un hijo, o en su paralelo, un emprendimiento, es mío y lo será siempre, será mi función hacerlo crecer. No solo es paralelo al amor de una madre y su hijo, sino es la sensación de que es para toda la vida.

Y sí, los emprendedores vivimos muchas situaciones muy incómodas en la gestación de esa vida, y solo el emprendedor se sobrepone a eso porque tiene tanto compromiso, tanta determinación que hace que esto pase. Sin embargo, no todos pueden sobreponerse de una frustración, del cansancio o de las incapacidades de continuar, por eso es válido fortalecer las debilidades. Por ejemplo, un buen líder tiene el 50% de su tiempo dedicado al autoconocimiento, porque esto le permite distinguir sus debilidades y sus habilidades y fortalecer unas y otras para mejorar su performance frente a los posibles problemas. Mientras que muchos emprendedores se frustran y abandonan el barco, otros, se fortalecen y tratan de superar ese obstáculo. El objetivo es que se vayan superponiendo de sus debilidades, ese es el camino del emprendedor.

 

HÉROES- ¿Cómo encontraste tu oportunidad?

LUCIANO- Fue una oportunidad que se presentó ante mí. La mayoría de las oportunidades son cosas que se revelan delante de los ojos de la gente como un punto minúsculo pero de una gran cosa. Cuando ves algo demasiado sofisticado delante es muy difícil concretarlo y ponerle valor cuando los actores no se ven, en cambio, cuando se pueden visualizar las oportunidades que rodean un dolor, una necesidad, luego sólo hay que pensarlo de manera global, en grande, un ejemplo de ello es Uber porque antes de Uber tenías un problema de transporte urbano por un lado, gente desocupada por el otro, y la tecnología precisa para ejecutar un plan. Lo mismo sucedió con Facebook, no se trató de inventar nada, sino que se convirtieron en fenómenos porque sus creadores vieron una o más oportunidades y visualizaron todo lo que necesitaban para concretarlo, entendieron que era posible. A la hora de pensar en grande, algunos se proponen viajar a la Luna, por darte un ejemplo, pero fallan en la visualización de oportunidades porque para eso requieren de otras cosas, fundamentalmente del tiempo que requiere para que, justamente se den las condiciones para que empiece a generarse una oportunidad.

 

En mi caso, yo trabajaba en un estudio de abogado en el que básicamente me aburría porque no quería hacer eso, pero siempre estaba atento. Un día un abogado del estudio me dice que tenía que ir a cobrar un pagaré y cosas por el estilo, entonces visualizo que había una necesidad por cubrir y es que los abogados importantes no querían oficiar de cobradores, se les acumulaban miles de papeles esperando resolver deudas que, en su mayoría, sólo requerían de un procedimiento diferente al que tenían. Al principio respondía a cada uno por carta, con una máquina de escribir, pero tenía  8000 para hacer. Busqué la forma de resolver en dos días ese número de casos y para ello había que mejorar la comunicación, no era necesario ir a juicio, había que hablar con los deudores. En aquel momento no existían las bases de datos, ni excel, y mucho menos Internet. Agarré un teléfono, la guía y me puse a llamar. Luego vino el fax y eso ayudó a resolver más rápido, después Windows y más tarde Internet. Empecé a combinar correspondencia y por eso pasé de gestion ocho mil casos a cincuenta mil mensuales. Como yo quería crecer empecé a trabajar con diez estudios contratados, al cabo de un tiempo, y cuando los costos interurbanos de las llamadas desaparecieron, me asocié y nos mudamos al modelo de cobranza, creamos una compañía que ahora tiene tres mil empleados.

 

HÉROES- ¿Para que un emprendimiento crezca, es necesario capacitarse?

LUCIANO- El paso de querer ser un emprendedor a serlo tiene un único requisito: la acción. Eso conlleva consecuencias, como todo aquel que hace, al mismo tiempo, toma riesgos y para sobrellevarlos es bueno tener los conocimientos necesarios, de lo que requiera. El ser humano necesita capacitarse siempre, es un elemento natural de tu vida. Yo por ejemplo estudié y estudio desde toda mi vida. Después que me recibí hice una maestría en administración de empresas, justamente para aprender a administrar mi propia empresa, porque aunque tenía sentido común, necesitaba saber otras cosas, tenía 300 empleados y no sabía la diferencia entre costo fijo y variable.  Como abogado tenía a mi favor el buen manejo de las estrategias, sin embargo, no tenía idea de administración. Cuando hice mi maestría entendí cómo dirigir un equipo y que este sea eficiente.

Aún así, debo decir que el emprendedor se caracteriza por tomar riesgos, no por capacitarse. El emprendedor tiene que hacer, y no por ello digo hacer planillas de excel, sino capacitarse para llevarlo a la acción. Estoy harto de ver emprendedores con planillas de excel, eso no es emprender, es “querer” emprender. El emprendedor se caracteriza por tener acción . Emprender es una constante, es un momento de tu vida en el que estás emprendiendo y construís una ecuación patrimonial positiva: lograste tener un negocio, pagar dos sueldos y que el negocio ande. Emprendedor no es aquel que tiene el proyecto, ese es proyectista. El emprendedor tiene un negocio funcionando. Yo veo chicos que te muestran muy buenos excel, unas prestaciones fabulosas en power point que van y las muestran por todo el mundo, pero no hicieron nada con eso. Hay un gran error, veo que muchos de ellos son entrevistados por periodistas, les hacen notas y me pregunto ¿Qué estímulo está buscando este tipo? Está en la casa pensando ideas, que pueden ser buenas, le hacen notas, sale y muestra su idea por todos lados, da charlas, él está feliz, sus padres están felices… pero qué hizo, qué hace, en qué emprende.

 

HÉROES- ¿Emprender está de moda?

LUCIANO- Desde Endeavor Argentina creemos que se nos ha ido la mano empoderando a los emprendedores en cierto momento, pero es que nosotros arrancamos con esto mucho antes, y ahora estamos enfocados en encontrar emprendedores de alto impacto. El cuento de que se puso de moda es que sí, ahora está legitimado el rol de emprendedor. Cuando yo empecé como emprendedor, cuando me eligió Endeavor como tal, los que nos encontramos ahí veníamos desde distintos lados, mientras algunos eran bilingües, venían de estudiar en institutos privados, o de afuera, con un capital heredado, otros y entre ellos yo, habíamos estudiado en universidad pública, y en la escuela no teníamos otro idioma, al menos teníamos matemáticas o geografía. Ahora, en Córdoba o en otras partes del interior, la educación se equilibró un poco más respecto a la capital, pero lo que no llega a todos lados es la aspiración de inspirarte en un proyecto global. Encontramos muchas personas haciendo crecer sus negocios, pero no por ello potenciándolos, mucho menos pensando en negocios globales.

Yo digo, si vos queres soñar, soñá en grande. Si querés ser emprendedor, selo, pero emprendé en grande, a nivel global. Hoy, los emprendedores tienen todas las herramientas para desarrollarse y ponerse en acción, lo que le falta es la intención de emprender en grande, algo global, eso es el alto impacto: ver un dolor social y darle solución. De hecho, la idea que llevo a Endeavor es crear oportunidades para otros, para que puedan ser empresarios aquellos que no son hijos de empresarios.

 

HÉROES- ¿Qué recomendás a los emprendedores que tienen un emprendimiento de alto impacto?

LUCIANO- Lo primero es tener una inquietud, y luego tomar riesgos. Para ello es condición que puedan vencer los miedos, esos miedos que los llevan a hacer planillas de excel, presentaciones, o buscar soluciones mágicas, porque se salen del objetivo de emprender. Vencido el miedo hay que ponerse a trabajar en sueños grandes, una vez que te paras en un problema grande empezá a buscar la solución, hay que construir una propuesta de valor para solucionar ese problema. Estoy trabajando sobre una oportunidad, una visión y luego construir el modelo de negocio, identificar el plan de negocio, eso pasa naturalmente en la cabeza del emprendedor. No es recomendable ponerse con un plan de negocio sin tener un plan de acción porque se vencen los plazos antes de encontrar la solución. Después hay que sentarse a ver el modelo de negocio. En esta secuencia: inquietud, luego acción, resolver el miedo, observar la oportunidad, tener un sueño grande, mirar el alto impacto y luego el modelo de negocio, todo eso ayuda para tomar la decisión y tomar el riesgo. El emprendedor en estado primitivo era prueba y error, hoy un emprendedor puede hacer una compañía global en 10 años. Después viene la habilidad de ejecutar, el liderazgo, capacidad de levantarse de las frustraciones… porque el emprendedor no termina cuando está emprendiendo, sino que visualiza su hacer como tal cuando logró construir una compañía paga sueldos, tiene clientes y proveedores, construyó magia, un proceso que genera riqueza y le permite continuar emprendiendo.